"Toda medida que apunte a la promoción de exportaciones, al tratamiento diferenciado para importaciones de productos críticos o bienes de capital, devaluaciones, aceleración o simplificación de los giros y cronograma de pagos, entre otras, están bien intencionadas y son hasta imprescindibles", señaló a LA NACION el profesor de la Escuela de Comercio Exterior de la Fundación BankBoston, Sergio Albornoz.

"Pero tarde o temprano serán fagocitadas por el mal endémico de nuestra Nación: la total inseguridad jurídica provocada por los continuos cambios de normas", lamentó.

El catedrático sostuvo que "para promover una exportación hay que realizar una inversión previa, pero, ¿quién está dispuesto hoy a invertir en un país sin instituciones y sin crédito?", se preguntó.

Y amplió: "¿qué sentido tiene hoy discutir el régimen de financiación del IVA si no hay demanda que motive la importación de bienes de capital ni crédito para implementar la operación?" Según Albornoz, cuando acucian la crisis y la emergencia, lo endeble de la estructura es lo que hay que atacar, y más precisamente, recuperar la confianza perdida.

"La única salida, no ya para el comercio exterior sino para la Nación toda como proyecto, será reconstruir la devastada confianza de los ciudadanos argentinos en nuestras instituciones", explicó.

Para el especialista es prioritario poner las cuentas estatales en orden, negociar con los acreedores un pago acorde a la situación tributaria y lograr un acuerdo político antes de sentarse a discutir políticas para el sector.

Por Sergio D. Albornoz

La Nación, 29 de enero de 2002.

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